Kokin el Conejo Mágico
                    

                                          por John Pérez-Sampedro

 

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 K

okín era un Conejo muy bueno que vivía con su mamá y su papá en una pequeña colina allá en el bosque. Él se pasaba las horas observando la pintoresca aldea que se divisaba abajo en el valle. Papá conejo le había advertido no acercarse mucho  a esos animales de dos patas que él llamaba humanos.
 Una noche, mientras todos dormían, Kokín salió sigilosamente de su casa. Con unos pocos saltos llegó a su lugar favorito al borde del barranco. Desde allí el podía divisar las luces de las paqueñas casas y las caprichosas columnas de humo que emanaban de las chimeneas. Él se preguntaba como serían por dentro y soñaba con conocer de cerca a sesos misteriosos animales de dos patas de que hablaba Papá conejo.

Él no tenía miedo, pero no se atrevería desobedecer a sus padres.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una extraña luz verde la cual parecía venir de una estrella cercana. Ella iluminaba el cielo con gran intensidad.

la misteriosa luz comenzó a descender rápidamente hacia el sorprendido conejo. Kokín se cubrió sus ojos al mismo tiempo que trataba sin éxito de esconderse entre las rocas. Pero la Poderosa luz verde se mantenía encima del asustado conejo. La luz era tan potente, que aún con sus ojos cerrados Kokín podía ver su brillante color verde.
 

De pronto la luz desapareció tan rápida y misteriosamente como había aparecido. El tembloroso conejo se incorporó y a grandes saltos se dirigió hacia su cabaña entre los árboles.

A la mañana siguiente, Kokín despertó sobresaltado por un grito desgarrador cerca de su cama..
— ! Gran madres de las zanahorias! – Exclamó con gran sorpresa Mamá coneja abriendo sus grandes ojos en un gesto de asombro.
— ¿Que sucede ? ¿ Porque gritas así? Preguntó Papá conejo acercándose rápidamente al cuarto, pero cuando vio a su hijo, también el dejo escapar un grito de asombro.
—¿Que sucede padre? —Preguntó Kokín, — ¿ Porque me miras así ?
–Tu pelo, contestó su mamá , tu pelo se ha puesto verde.
– ¿Que ?– ¿Verde?
!No puede ser !, -- exclamó Kokín mientras de un salto se paraba frente al viejo espejo
! Oh ! No. es verdad, soy un conejo verde, Que va ha ser de mi ahora exclamó Kokín
mientras miraba con asombro aquel extraño personaje verde que se reflejaba en el espejo.
–No te preocupes hijo — exclamó Mamá coneja acercándose a Kokín y poniendo una mano sobre sus hombros en un gesto de consuelo.
–Después del desayuno ve a nadar en el lago, verás que el color verde desaparecerá
– Yo iré contigo, te ayudaré a bañarte bien con un jabón, tengo fe que ese color verde es solo temporario.—Aseguró Papá conejo.
— No lo creo exclamó Kokín con tono pesimista mientras examinaba el pelo más de cerca.
– La luz verde es la culpable de que yo esté así, afirmó Kokín en voz baja.
—¿Que luz verde? Preguntaron Papá conejo y Mamá conejo al mismo tiempo.
Kokín se dejó caer en el pequeño asiento junto a su cama y con lujo de detalles le contó, a sus padres la asombrosa experiencia de la noche anterior. Cuando hubo terminado, todos permanecieron silenciosos sin saber que decir.
—Siento que algo se quema — Exclamó Papá conejo rompiendo el silencio. Todos se dirigieron apresuradamente hacia la cocina.
—!Zanahorias Sagradas! No habrá cena esta noche dijo Mamá coneja un tanto alterada, mientras observaba con tristeza el pastel de zanahorias que acababa de sacar del horno. completamente quemado.
----Bueno.. Yo no tenía mucha hambre afirmó Papá Conejo en tono conciliatorio mientras abría una ventana para dejar escapar el humo.
—Pero yo sí,---- exclamó Kokín ----Yo no he comido nada desde ayer. Cuanto deseo que el pastel no se hubiera quemado. De pronto, Una potente luz verde llenó la pequeña estancia de la humilde cabaña segando a los conejos momentáneamente.. Segundos después pudieron abrir sus ojos y para sorpresa de todos, el pastel ya no estaba quemado.
—¿Como puede ser posible ? –Preguntó Mamá Coneja sosteniendo el pastel en sus manos para examinarlo de cerca.
—Es magia afirmó Papá Conejo y sucedió después de esa misteriosa luz verde
—Es cierto, y la luz apareció cuando Kokín deseó que el pastel no entumiera quemado.—afirmó Mamá Coneja.
—Así es reafirmó Papá Conejo visiblemente consternado. Tengo una idea,– siguió diciendo Papa Conejo dirigiéndose a Kokín,---– ¿ Porque no deseas algo para ver que sucede ?
—¿ Que quieres que desee respondió Kokín ?
—Un momento, –Dijo Mamá Coneja con el temor reflejado en su rostro- ¿ Eso no será peligroso? — Hubo unos instantes de silencio y todos se miraron con aire inquisitivo
finalmente fue Papá Conejo quien dijo:
—Bueno, nada sucedió cuando Kokín deseó que el pastel no estuviese quemado....Pero bueno, para estar seguro, pide otro desea ...algo pequeño hijo mío.
—Ya se que pedir – Contestó Kokín sin vacilación ---- Quisiera tener la mejor guitarra del mundo -- Justo acabado de pedir el deseo, la luz verde llenó de nuevo el pequeño cuarto. Segundos después la más bella guitarra apareció recostada a la mesa cerca del pastel. La guitarra estaba hecha con planchas de oro y plata incrustada con diamantes y rubíes . Los Rayos de sol de un tenue dorado que se filtraban entre los rústicos troncos de la cabaña, sacaban destellos del oro y las piedras preciosas, dándole un aspecto surrealista a la guitarra
----! Gran madre de las Zanahorias! ---.Exclamó Mamá coneja sin poder quitar sus ojos de aquel maravilloso instrumento musical..
— Entonces es cierto -=— afirmó Papá Conejo lentamente, sin dejar de mirar la guitarra.
—Esto significa que ya no seremos pobres? No es cierto? Preguntó Kokín con gran entusiasmo mientras cogía la guitarra en sus manos y la examinaba por todas partes.
-----Sería formidable — exclamó Mamá Coneja---- Pediré nuevos calderos para la cocina, ropa nueva para todos......
----Ah y hasta una casa más grande — Exclamó Kokín Interrumpiendo la lista de compras de la Madre ----Pero antes que los deseos se terminen , voy a usar el próximo para desear que mi pelo vuelva a su color natural
—De inmediato apareció la luz verde y el pelo de Kokín volvió ha tener su color marrón original.
----Un momento —dijo Papá Conejo en tono reflectivo, — Debemos ser cautelosos y no desear tanto tan de prisa que perdamos control de nuestras vida. Después de todo, continuó diciendo Papá Conejo ----Hemos sido muy felices en esta pequeña cabaña.
----Es cierto, tienes razón —afirmó Mamá Coneja un tanto arrepentida de haber deseado tantas cosas al mismo tiempo.— Realmente no necesitamos nada, Tenemos muchas zanahorias, toda la leña que necesitemos para calentarnos en el invierno y sobre todo, nos queremos mucho. Que más podríamos desear?
----Eso es cierto pero .. ¿ Que me dicen del lobo malvado.? Preguntó, Kokín con un
ligero temblor en su voz de solo pensar en el temible personaje.
—Es cierto, nos olvidamos de ese terrible lobo.----Exclamaron Mamá Coneja y Papá Conejo al mismo tiempo.
----Por segundos que parecían siglos reinó el silencio en la pequeña cabaña a la entrada del bosque.
---- Se me ocurre una idea ----Exclamó Kokín con gran entusiasmo.— Desearé que el Lobo malo se convierta en bueno y así ya no devorará a nadie más.
------Es una excelente idea afirmó Mamá Coneja.
----- Está bién, —Dijo Papá Conejo no muy convencido que esa era la mejor idea.
Después del desayuno —Continuó diciendo Papá Conejo --- Partiremos hacia el lago que se haya profundo en el bosque donde vive el lobo malo y Kokín lo tratará de convertir en un lobo bueno.
No se habló una palabra durante el desayuno, todos estaban preocupados sobre el peligroso viaje que se aprestaban a emprender. Después de todo, no cabía duda de que el Gigantesco lobo era muy peligroso, siempre estaba hambriento y nadie se atrevía a acercarse a él. ... Mamá Coneja había empacado pedazos del pastel de la noche anterior. El viaje iva a ser largo y peligroso . Ella se detuvo en la puerta observando como el padre e hijo se alejaban lentamente adentrándose en la foresta hasta que sus siluetas se perdieron de vista más allá de la curva del camino.
— ¿Que tiempo nos tardará llegar a donde vive el lobo? -- Preguntó Kokín con gesto inquisitivo –
---- Por lo menos tres horas— Respondió Papá Conejo sin detener su apresurado paso.
Cansados de caminar por casi dos horas, los conejos se sentaron en un gigantesco árbol lleno de musgo que había sido derribado al borde del camino. De pronto, un venado salió de los arbustos y exclamó: -----Oh gracias a Dios que son Uds.—Dijo la venada mientras se acercaba a ellos con un marcado cojear -----Pensé que era el lobo terrible por eso me escondí en los arbustos.
----¿Porqué cojeas así Sra. Venada ? — Preguntó Kokín no pudiendo contener su curiosidad–
He estado así desde que ocurrió el gran incendio del bosque. Sucedió que huyendo del fuego que lo devoraba todo a su paso, tuve que saltar al río desde una gran altura para poderme salvar....Desde entonces cada paso me produce dolor, pero no hay nada que se pueda hacer.
---- Cuanto lo siento. Desearía mucho que pudieras caminar sin dolor —Afirmó Kokín en tono piadoso..
-----Gracias contestó la Sra. Venada. Mientras se alejaba lentamente para reanudar su camino en la dirección opuesta. En ese momento Un relámpago de luz verde envolvió a la Sra. Venada y a los dos conejos.
-- Parece que se nos avecina una tormenta comentó la Sra. Venada refiriendose al relámpago verde que los había cegado por unos instantes.
Kokín y Papá Conejo se pusieron de pie para continuar su jornada, de pronto el silencio de la foresta se rompió con el grito de felicidad de la Sra. Venada.
----! Dios mío! ..! Es un milagro! . Ya no siento dolor cuando camino. ! Es un milagro! !Es un milagro!----Repetía enloquecida de felicidad la Sra.Venada mientras daba grandes saltos entre los árboles como demostrando su nueva adquirida capacidad de movimientos.
------Adiós Kokín , Adiós Papá Conejo ---Gritó alegremente La Sra. Venada mientras con ágiles saltos se perdía de vista adentrandose en el tupido bosque.
Los Conejos hicieron un gesto como para despedirse de La Sra. Venada pero ya ella estaba muy lejos para escucharlos. Se miraron en silencio por un instante, en ese momento sobraban las palabras. Ambos sabían que la misteriosa luz verde había concedido otro deseo y se sentían contentos de haber podido ayudar a la Sra. Venada. Con media sonrisa en sus labios apretaron el paso para recuperar algo del tiempo perdido durante el descanso.
Habían caminado durante una hora sin detenerse. Sin duda se estaban acercando al pequeño lago donde moraba el lobo feroz. Un frío interior extremecía sus cuerpos, Caminaban ahora con cautela, mirando en todas direcciones. Sus corazones latían más rápido. Sabían que se podían encontrar frente a frente con el lobo en cualquier momento. De pronto, La luz solar que se filtraba atraves de los grandes Robles se tornó más brillante. Habían llegado a la morada del temible lobo. El lago parecía más grande de lo que habían calculado. Sus aguas eran de un azul profundo excepto por el reflejo verde de los gigantescos pinos, los cuales se reflejaban al revez en aquel espejo acuático surrealista.
Por un momento nos olvidamos del lobo malo. Mientras bebíamos el agua cristalina del lago, nos percatamos de la belleza natural a nuestro alrededor y también de que no estábamos solos. Cerca de nosotros dos venados bebían apacibles y un poco más allá, una tortuga de gran tamaño se arrastraba lentamente, como suelen hacer las tortugas, de regreso a las aguas refrescantes del lago. La podíamos escuchar renegando del intenso calor y del peso que tenía que arrastrar
--Todo el mundo tiene una casa donde puede ir a descansar, en cambio yo tengo que cargar con mi casa adonde quiera que voy. --- Se quejaba la tortuga en voz alta, como para que todos se comparecieran de su situación.
Súbitamente, Los cientos de pájaros que se bañaban al sol sobre la orilla emprendieron el vuelo al unísono y lo hicieron tan velozmente . que sonaron como un trueno. Los venados desaparecieron rápidamente entre la foresta.
No sabiendo hacia donde correr o porqué razón. Kokín y Papá Conejo se refugiaron en una pequeña grieta entre dos rocas cercanas al lago. Lamentablemente, el sitio no ofrecía mucha seguridad como escondite. De pronto escucharon el alarido familiar del lobo feroz. El gigantesco animal se encontraba tan cerca, que hasta ellos llegaba el olor desagradable que emanaba de la temible bestia. De igual forma el lobo también percibió de inmediato la presencia de los conejos acorralados en la grieta sin ninguna posibilidad de poder huir. Ya el lobo se aprestaba a lanzarse sobre los indefensos conejos cuando Kokín con gran determinación y coraje se le enfrentó diciéndole
---Señor Lobo Yo deseo con todas mis fuerzas que Ud se convierta en un Lobo bueno y deje de comerse a otros animales del bosque.
-----Tu tienes que estar loco---Contestó el lobo dejando ver sus grandes dientes y su jadeante lengua colgando hacia un lado de la inmensa boca. Crees que podría dejar de comerlos ---- Siguió diciendo el lobo --- Ustedes . son la mejor comida que he encontrado en muchos días así es que no los dejaré escapar.
Los Conejos estaban atrapados sin posibilidad de salvarse sabían que iban ha ser devorado por aquel animal. .
-----Deseo que estemos en nuestra cabaña al lado de la chimenea.---Dijo Kokín en el preciso momento en que el lobo saltaba sobre ellos lanzando un gruñido aterrador.
Con el grito del lobo todavía resonando en sus oídos y sus manos aún en posición protectora contra la inminente embestida, Kokín y Papá Conejo se encontraban ahora sentados en sus sillones preferidos frente a un animado fuego en la seguridad de su cabaña al otro lado del bosque.
Durante un instante eterno, todos se miraron sin pronunciar palabra.
Luego Kokín y sus padres comenzaron a hacer un recuento de todas las cosas extrañas que les había sucedido desde la noche anterior, mientras hablaban, el suave calor de un alegre fuego acariciaba los conejos. Papá conejo ahora silencioso y absorto en sus pensamientos había encendido su pipa preferida. Mamá Coneja sentada cerca de Papá, Conejo tejía nerviosamente.
De vez en cuando, ella movía la cabeza en señal negativa y apretaba los labios como si reviviera situaciones desagradables. Fue Kokín quien rompió el silencio finalmente.
----Siento mucho que no pudimos convertir el Lobo malo en un lobo bueno. La luz verde no trabajó con el. ---Afirmó Kokín con voz apesadumbrada.
----Yo también lo siento ---- Contestó Papá Conejo, lanzando una bocanada redonda de humo la cual tomaba figuras caprichosas de colores rojizos , que finalmente se desvanecían sobre los rústicos sostenedores del techo.
----Hijo mío--- Siguió diciendo Papá Conejo ----Parece que la luz verde ayuda solamente a los desvalidos de buen corazón. Debemos  seguir ayudando con ella a los que puedan necesitarla, pero sin decirle a nadie de donde vino la ayuda.  Ahora  sabemos que el poder de la luz verde es limitado. Debo de  haber sabido que  solo Dios puede convertir lo malo en bueno.  Hijo  mio; no olvides que  la bondad de nuestros corazones es nuestro major tesoro y el amor,  la magia más grande del universo.

                                                                                        Fin