"El Quinto Poder, La Opcion Nuclear

                                     y el Obstruccionismo Senatorial"

por John Perez-Sampedro

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Si la nominación del Sr. John R. Bolton  para embajador  ante  la ONU fuera realmente la catástrofe que presagian sus detractores liberales, los estrategas demócratas, lejos de oponerse a ella,  estuvieran  promoviéndola  con vehemencia.    Tanto los nombramientos de embajadores como las designaciones judiciales han sido por ley y por tradición, una de las pocas prorrogativas que posee el poder ejecutivo.

 

 

                                             

 

Muchos  están convencidos que  la  obstrucción de nominaciones republicanas por parte de los demócratas,  responde exclusivamente a  razones ideológicas y políticas, y que  específicamente,  se oponen   a   la   nominación del   Sr. Bolton porque están concientes que el  probable éxito que  éste podría tener en la ONU podría traducirse en  una importante ventaja política  para los republicanos.  

 

Lo mismo podría decirse  de  la oposición  de  los demócratas a  las nominaciones  vitalicias de  jueces federales propuestas   por   los republicanos, algunas de las cuales llevan años estancadas en  comités del  Senado, esperando una simple votación del pleno.

 

Los demócratas,  mejor que nadie,  conocen los beneficios de nominar jueces federales afines a su ideología y con frecuencia lo han  hecho con  mejores resultado que los republicanos.  

 

Los 12 años de nominaciones de jueces federales,  logrados  durante los gobiernos de Carter y Clinton, virtualmente  sin oposición republicana, resultaron en la acumulación de un poder  judicial, decididamente  liberal.

 

 

Los republicanos señalan como prueba de esto, las numerosas    decisiones de las cortes federales,  en 

casos tales como:  El derecho al aborto, la prohibición del rezo en las escuelas públicas,  la  aceptación del  matrimonio entre las parejas homosexuales,   y muchas otras decisiones judiciales consideradas  por muchos como liberales.

 

Con el Poder  Ejecutivo, la Cámara de Representantes y el  Senado, actualmente en manos

de los republicanos, y con los medios  informativos, tradicionalmente liberales   debilitados,  debido    a    deserciones    al     campo   republicano,   tales   como   Fox News   y   cadenas radiales   noticiosas,    los   demócratas   se       han   aferrado, al único poder que les queda:       el Poder  Judicial, y utilizan el filibusterismo en el Senado  como un último recurso para tratar de  conservar ese poder. 

 

Para    contener     el   obstruccionismo senatorial   demócrata,      los  republicanos se alistan a utilizar la “Opción Nuclear” la cual  muchos consideran un arma de doble filo.

 

Dicha “Opción Constitucional,” como prefieren llamarle los republicanos, se refiere a un posible   cambio de las reglas del Senado el cual se puede implantar   con una simple mayoría y   ha estado a la disposición  de los republicanos desde las elecciones pasadas.

 

L

a “Opción Constitucional”     permitiría  aprobar leyes y  nominaciones con un simple  voto mayoritario,   lo cual eliminaría el filibusterismo y pondría durante los próximo tres años, gran parte del poder del Senado en manos republicanas, a menos que  pierdan  la mayoría  en  las elecciones del próximo año, en cuyo caso, la  “Opción  Constitucional” podría caer en manos de los demócratas.

 

En un esfuerzo por  evitar la “Opción Constitucional” y por ende  una confrontación  partidista  en el Senado, la cual ya existe, un grupo de 14 senadores, 7 republicanos y 7 demócratas,  negociaron  un  consenso por medio del cual los demócratas dejarían de bloquear algunas nominaciones republicanas, pero se reservarían el derecho de eliminar  a aquellos que ellos consideren   extremistas,  todo ello, a cambio de que los republicanos no apliquen la “Opción Constitucional” y continúen permitiendo el filibusterismo el cual  para todos los efectos ha paralizado el Senado y  parte del gobierno de Bush.

 

Gran parte  de los senadores republicanos, incluyendo el líder de la mayoría el Sr. William Frist,   estiman que  el consenso de los 14 senadores moderados  no tiene sentido, porque   pretende otorgar permiso para  confirmar la nominación de jueces, los cuales  podrían ser nominados  de todas formas, una vez que se  implemente el cambio de reglas, es decir la “Opción Constitucional”.  

 

Lamentablemente,  la   brecha  ideológica       entre Senadores    demócratas   y   republicanos   es    tan grande,  que  es muy probable que  el consenso de los 14 senadores  se disuelva en breve.          Si eso sucede, la única alternativa para los republicanos  pudiera ser  la “Opción Constitucional,”   conocida tambien como, La Opcion Nuclear.    Los republicanos podrían aplicarla  justo a tiempo para     confirmar  a los    jueces federales  y posiblemente llenar   la esperada vacante  de la   Corte Suprema,  antes de las elecciones  senatoriales    del próximo año.

 

Muchos afirman que  existe un consenso inconstitucional entre  los jueces liberales  y los  líderes demócratas para  legislar a través de las cortes. A  esa supuesta  conjura  ideológica y política  la he llamado, el “Quinto Poder.”

 

La utilización del “Quinto Poder” por parte de los demócrata unido a sus  prácticas  dilatorias  en el Senado ha desatado    una guerra ideológica partidista,  dentro de un  marco  constitucional, nunca antes imaginable en los EEUU. 

 

Pero  por virtud  de la “Opción Constitucional”  El “Quinto Poder” podría  a través de  futuras  asignaciones  de jueces conservadores federales y de la Corte Suprema, pasar en breve a   manos de los republicanos.

 

La  fusión   del “Quinto Poder” con el Poder Ejecutivo y el Poder  Legislativo,  podría resultar ser demasiada influencia en las manos de un sólo partido, ya fuera  el  republicano o el demócrata.

 

El poder de, por un lado  controlar   sin oposición decisiones judiciales y  por el otro  de crear y aprobar legislaciones  con una simple mayoría senatorial, todo ello, con   el  beneplácito del Poder Ejecutivo, sería sólo comparable, sin serlo, al poder de los “Dictadores Constitucionales”.    Tal poder, podría cambiar  drásticamente,   con resultados impredecibles, la fibra social de esta gran nación.